Las mujeres detenidas en Satanás Condenador Atenco, con la sevicia propia de los rojos asesinos comeniños, lograron burlar la atenta y amorosa vigilancia de los policías que las detuvieron siguiendo de la manera más escrupulosa posible todos los lineamientos legales y de respeto a los derechos humanos que los gobiernos mexicanos han respetado puntualmente durante los últimos 77 años, y consiguieron coludirse para atacarse sexualmente entre ellas mismas, con objeto de desprestigiar a los nobles, capacitadísimos y psicológicamente equilibrados agentes del orden.
Del mismo modo, y siguiendo una táctica ya utilizada por numerosos judíos que se suicidaban masivamente en los campos de recreo del Tío Adolf, así como de los malditos rojos comecuras que se fusilaban entre sí en la Guerra Civil Española y los profesores ateos mataperritos que se cortaban las orejas y las narices para echarle la culpa a los fieles mártires cristeros, los alborotadores antimexicanos comunistas ateos exóticos traidores detenidos en Satanás Condenador Atenco ocuparon la mayor parte del trayecto desde el punto de su detención legal (con las respectivas órdenes de arresto emitidas por los jueces en los términos de ley) hasta su entrega en el penal, en azotarse contra las paredes y suelos de los vehículos en que se les trasladó, además de que entre ellos mismos se golpearon brutalmente de manera atroz hasta producirse las lesiones de todos conocidas.
Los cinco extranjeros detenidos no mostraron papel alguno que acreditara que no estaban en México como parte de las huestes invasoras de Bin Laden, Chávez, Morales y López Obrador (que, como todo mundo sabe, nació en Leningrado). Al parecer se comieron sus pasaportes y documentos migratorios, y algunos los tiraron por las atarjeas del eficiente drenaje de Satanás Condenador Atenco. Según declaraciones de varios heroicos policías, sin embargo, varios de ellos traían órdenes escritas de Corea del Norte y de Irán, que también se comieron.
Ya bajo custodia en el penal, los miembros de varias conocidas sectas satánicas de los 'derechos humanos', muy probablemente implicadas en el tráfico de órganos y en la producción de 'suff movies' ingresaron violentamente para terminar la labor. En los casos en que los terribles delincuentes multiasesinos, drogadictos y tramposos al jugar volados con los merengueros no habían conseguido herirse, gracias a la intervención oportuna de los valientes policías federales y estatales, los satánicos de los derechos humanos levantaron actas sobre lesiones inexistentes, advirtiendo con cuidado dónde estaban las falsas lesiones para que los deshumanizados caníbales de Atenco y sus compinches se provocaran tales lesiones esa noche, al amparo de la oscuridad.
Todas estas acciones tienen por único objeto desprestigiar a los gobiernos mexicanos que, entregados únicamente al bienestar popular y a la defensa de la nación, están en la mira de las conjuras internacionales de esclavistas de izquierda capitaneados por Fidel Castro, cuyos títeres y servidores incondicionales Chávez, Morales, Bachelet, Vázquez, Kirchner, Zapatero y Prodi albergan un odio especial contra el verdadero benemérito Vicente Fox.
Documentos que obran en poder de las autoridades competentes, obtenidos por el eficientísimo servicio de espionaje internacional mexicano y que han sido declarados confidenciales por la oficina de transparencia gubernamental, demuestran que estos actos estaban claramente definidos en un plan maestro emitido por las fuerzas satánicas internacionales desde que se anunció el aeropuerto. Es más, los nombres de todos los detenidos aparecen en tales documentos, indicando que precisamente en el día de los hechos, tales operativos del delirio enfermizo ideológico se ocuparían de autolesionarse para perjudicar al gobierno y a sus dos nobles candidatos.
La policía mexicana, ampliamente reconocida por su honestidad, rigor en la protección de los derechos de víctimas, acusados y condenados por igual, el gobierno federal y estatal en pleno, saldrán airosos de esta conjura malévola ya que su prestigio e historial de apego al estado de derecho resistirán estas sucias acciones de los esclavos ideológicos del marxismo con machete, cámara de fotos y odio reconcomiado a las instituciones que se ocupan de salvar a los mexicanos de la miseria, la ignorancia, la enfermedad y la desesperanza en las que los han sumido los malditos marxistas durante los últimos cien años, y que sería mucho peor sin la sacrificada vigilancia del PRI y el PAN.
Los que no puedan creerse algo como estas declaraciones, que es finalmente lo que se está ofreciendo a modo de versión oficial, pueden seguir experimentando asco, vergüenza, desesperación e indignación ante el espectáculo lamentable de este regreso al diazordacismo y la bestialidad autoritaria que, finalmente, siempre estuvo allí.
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