Sunday, May 28, 2006

La ultraderecha sin máscaras

El complejo viraje del PRI hacia la ultraderecha económica conservando un discurso social que nunca hizo efectivo en realidad salvo durante la breve etapa cardenista, incluyó entre sus personajes más siniestros a varios servidores del jefe de la banda neoliberal antimexicana, Carlos Salinas de Gortari. (Y entiéndase lo de "antimexicano" sin chauvinismos, se trata de personajes que sienten que México sería maravilloso si tan sólo dejara de ser México y se convirtiera en apéndice de los Estados Unidos.)

Uno de ellos era Luis Téllez Kuenzler, "El Osito", el más destacado de los "niños sabios" del salinismo a quienes Salinas les dio el país para sus experimentos económicos, todos desastrosos, como sabemos. En premio, Téllez fue nombrado jefe de la oficina de la presidencia de Ernesto "Pocacosa" Zedillo, después fue su secretario de energía y luego procedió a consolidar su fortuna personal en innumerables empresas de las que sería consejero, accionista, copropietario o funcionario, y así es director de Grupo Desc, consejero del Grupo México (sí, los responsables de detonar el conflicto minero, y que pese al nombre son una subsidiaria de la minera estadounidense ASARCO) y consejero propietario de Fomento Económico Mexicano (FEMSA), además de codirector de The Carlyle Group, megacorporativo que entre otras cosas es proveedor de armamento para el gobierno estadounidense y que lo anuncia como "activista político liberal" (es decir, neoliberal, referido únicamente a lo económico).

(Como anécdota menor, uno de los cómplices de Luis Téllez era Luis Rubio, "El Kabubi", otro millonario que ha aprovechado bien su paso por el "servicio" público y cuya máxima aportación a la política mexicana fue proponer el abandono del peso para adoptar el dólar como moneda nacional, para lo cual luchó denodadamente. Actualmente preside el CIDAC y pretende fingir cierto interés por el país cuya soberania monetaria quiso demoler.)

Otro de estos ultras del salinismo (y su etapa patética, el zedillismo) era Jesús Reyes Heroles Garza, también secretario de energía del mínimo Zedillo (antes de Téllez) y también supermillonario, entre otras cosas consejero propietario de Wal-Mart y de Banamex-Citigroup.

Tanto Téllez como Reyes Heroles tenían la misión de vender Pemex y la CFE. Ambos fracasaron en su momento, pero no cejan en su sueño de convertir a México en un país sin soberanía económica.

Éstos son dos de los personajes que, habiendo hallado imposible establecer su proyecto en el entorno de corrupción del PRI pese a haber sido parte de los gobiernos que establecieron el amasiato con el PAN y su ideario, ahora se decantan por la corrupción panista, apoyan a Felipe Calderón y son invitados al PAN "con los brazos abiertos".

Esto no resulta extraño en sí. Sólo es destacable la forma en que durante muchísimos años estos personajes (y muchos otros, incluidos Salinas y Zedillo) han fingido lo que no son, han hablado como no piensan y han mentido sin cesar para conseguir sus objetivos de fortuna personal y sus proyectos ideológicos. Tan sólo Téllez acumula a sus millonarias espaldas 26 años de bien retribuida militancia priísta.

Una búsqueda en Internet nos lleva a numerosos discursos, en particular de Luis Téllez, en los que se llena la boca hablando de la soberanía económica de México y las ventajas de la propiedad social de Pemex y la CFE al tiempo que luchaba por su privatización. Si las arcadas lo dejan, léalo.

Es la mentira, la simulación, el engaño que han llevado a México a la ruina más absoluta y que ahora pretenden, como no podría ser distinto, perpetuarse en el poder arrimándose al Felipe Calderón, el adalid del Fobaproa, precisamente cuando ciertas encuestas (bastante poco confiables, por sus fechas de realización y sus metodologías) indican que tal cavernario del catolicismo fundamentalista y del servilismo al poder financiero, podría ser presidente de la nación.

Como otros cómplices suyos, señaladamente Guillermo Ortiz y el secretario de hacienda Francisco Gil, su interés es el poder, convertido en ganancias para su bolsillo y promoción de una ideología según la cual no hay más valor que el de mercado y un gobierno, ese contrato establecido por las sociedades, tiene como única obligación garantizar que los empresarios compitan libremente por todo y que los pobres que no pueden competir mantengan incólume el derecho a morir de hambre, enfermedades prevenibles y disparos de la migra sin protestar demasiado, acaso auxiliados ocasionalmente y si hay cámaras cerca por un asistencialismo caritativo del gran poder financiero.

Lo más curioso, lo que nunca hay que olvidar, es que el sueño de estos panistas de siempre, enmascarados durante tantos años, es la demolición en México de todos los elementos que aplauden en su segunda patria, Estados Unidos.

¿Subsidios al campo? Abundantísimos en Estados Unidos y motivo principal de la competitividad de sus productos agrícolas en el mercado internacional, pero eliminados en México por los "activistas neoliberales" del salinismo en sus tres fases (el rencor de Salinas, la ineptitud de Zedillo, la desidia de Fox). ¿Medicina socializada? Esencial en Estados Unidos aunque bajo asedio, esencialmente destrozada en México. ¿Educación pública? Una de las bases de la fuerza tecnológica de Estados Unidos, desmontada en México hasta hacerla irrelevante. ¿Un estado de derecho sólido? Notable en Estados Unidos pese a sus muchos problemas cuando se compara con la sucesión de impunidades priístas y, ahora, panistas, con las masacres sin culpables, de Tlatelolco a Aguas Blancas a Atenco.

La doble moral de estos personajes, como la del panismo en general, y su claro conflicto de intereses entre la defensa del patrimonio personal y los derechos de los mexicanos, la ley y la democracia, es otro elemento para considerar el voto en las elecciones del 2 de julio... sin contar con que es un motivo adicional para sentir un profundo asco por el tipo de sujetos que ocupan los lugares de liderazgo que en el país deberían estar a cargo de personas que, por lo menos, sintieran algún aprecio por los 110 millones de mexicanos que dentro y fuera del país son víctimas del avance indetenido del autoritarismo depredador.

Monday, May 22, 2006

La función ha terminado

Con la puesta en libertad de los inculpados por la desaparición y más que probable asesinato de muchos mexicanos (algunos guerrilleros, otros simplemente sospechosos, que es bastante para morirse aquí, ya lo sabe usted) en los 70, y cerca de la disolución de la fiscalía inútil, costosa y fraudulenta que creó Vicente Fox como parte de su tarea de engañar a la opinión pública (única tarea en la que se ha empeñado durante los últimos cinco años, cinco meses y veintidós días), termina la función de la enésima cancelación de impunidades prometida por 77 años de autoritarismo mexicano.

Por supuesto, el beso final de este esperpento astracanado en el que PRI y PAN se enlazan sin pudor alguno no se limita a convalidar, olvidar y legitimar la guerra sucia mexicana sin necesidad siquiera de una ley de "olvido forzado", sino que se avisa que la historia sigue con el caso Atenco, con los mexicanos asesinados en los últimos días en los Estados Unidos ante la mirada ciega y el desinterés imperial de Vicente Fox y con el trabajo de encubrimiento y secuestro de documentos que ha sido la real tarea de la ley y oficinas de "acceso a la información pública" y de "transparencia gubernamental". Millones de documentos han sido apresuradamente convertidos en secreto de estado y se ha garantizado que ningún mexicano que no sea cómplice del autoritarismo tenga acceso a ellos durante años y años.

La justicia prometida para la obtención del "voto útil" fue imposible, pero la injusticia que Fox se comprometió a cancelar históricamente no ha hecho sino reafirmar sus raíces en la cosa pública. La impunidad garantizada de los asesinos y violadores de Atenco es advertencia clara: Díaz Ordaz, Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas y Zedillo no han muerto, y los muertos que ellos mataron y los que mató Fox pueden incluirlo a usted si se pone un poco demasiado al brinco.

Y los deudos de los muertos, que somos todos los mexicanos, porque al ser los muertos víctimas sin justicia nuestra propia certeza de vida y seguridad desaparece, porque sabemos bien que de nosotros dispondrá libremente el señor emperador cuando lo decida, sin que nadie nunca lo llame a cuentas, nos quedamos con el luto que es, a estas alturas, lo único que poseen demasiados compatriotas.

El luto por los muertos, por los hombres y las mujeres pero también por las ideas, por los sueños de Morelos y Victoria y Guerrero y Juárez y Villa y Zapata, cuyos enemigos históricos siguen siendo los amos de esta hacienda feudal posmodernizada.

Disfruten de su vejez los torturadores, vivan entre algodones, jubilados, los que hicieron del dolor de otros mexicanos su profesión y las bases de su fortuna y prestigio. Vicente Fox prepara su marcha del brazo de Nazar Haro, y se ríe del engaño mientras prepara el siguiente, con Felipe o con Roberto.

El México de todos sigue en proyecto.

Monday, May 15, 2006

Satanás Condenador Atenco y la conjura diabólica

A todos los amigos, parientes, compadres, votantes, simpatizantes, cómplices, lamepatas y chupapitos de Fox, Madrazo y Calderón, el siguiente obsequio de declaraciones a modo que les pueden servir de bálsamo para las conciencias, caso de que conserven algún resto de las mismas:
Las mujeres detenidas en Satanás Condenador Atenco, con la sevicia propia de los rojos asesinos comeniños, lograron burlar la atenta y amorosa vigilancia de los policías que las detuvieron siguiendo de la manera más escrupulosa posible todos los lineamientos legales y de respeto a los derechos humanos que los gobiernos mexicanos han respetado puntualmente durante los últimos 77 años, y consiguieron coludirse para atacarse sexualmente entre ellas mismas, con objeto de desprestigiar a los nobles, capacitadísimos y psicológicamente equilibrados agentes del orden.

Del mismo modo, y siguiendo una táctica ya utilizada por numerosos judíos que se suicidaban masivamente en los campos de recreo del Tío Adolf, así como de los malditos rojos comecuras que se fusilaban entre sí en la Guerra Civil Española y los profesores ateos mataperritos que se cortaban las orejas y las narices para echarle la culpa a los fieles mártires cristeros, los alborotadores antimexicanos comunistas ateos exóticos traidores detenidos en Satanás Condenador Atenco ocuparon la mayor parte del trayecto desde el punto de su detención legal (con las respectivas órdenes de arresto emitidas por los jueces en los términos de ley) hasta su entrega en el penal, en azotarse contra las paredes y suelos de los vehículos en que se les trasladó, además de que entre ellos mismos se golpearon brutalmente de manera atroz hasta producirse las lesiones de todos conocidas.

Los cinco extranjeros detenidos no mostraron papel alguno que acreditara que no estaban en México como parte de las huestes invasoras de Bin Laden, Chávez, Morales y López Obrador (que, como todo mundo sabe, nació en Leningrado). Al parecer se comieron sus pasaportes y documentos migratorios, y algunos los tiraron por las atarjeas del eficiente drenaje de Satanás Condenador Atenco. Según declaraciones de varios heroicos policías, sin embargo, varios de ellos traían órdenes escritas de Corea del Norte y de Irán, que también se comieron.

Ya bajo custodia en el penal, los miembros de varias conocidas sectas satánicas de los 'derechos humanos', muy probablemente implicadas en el tráfico de órganos y en la producción de 'suff movies' ingresaron violentamente para terminar la labor. En los casos en que los terribles delincuentes multiasesinos, drogadictos y tramposos al jugar volados con los merengueros no habían conseguido herirse, gracias a la intervención oportuna de los valientes policías federales y estatales, los satánicos de los derechos humanos levantaron actas sobre lesiones inexistentes, advirtiendo con cuidado dónde estaban las falsas lesiones para que los deshumanizados caníbales de Atenco y sus compinches se provocaran tales lesiones esa noche, al amparo de la oscuridad.

Todas estas acciones tienen por único objeto desprestigiar a los gobiernos mexicanos que, entregados únicamente al bienestar popular y a la defensa de la nación, están en la mira de las conjuras internacionales de esclavistas de izquierda capitaneados por Fidel Castro, cuyos títeres y servidores incondicionales Chávez, Morales, Bachelet, Vázquez, Kirchner, Zapatero y Prodi albergan un odio especial contra el verdadero benemérito Vicente Fox.

Documentos que obran en poder de las autoridades competentes, obtenidos por el eficientísimo servicio de espionaje internacional mexicano y que han sido declarados confidenciales por la oficina de transparencia gubernamental, demuestran que estos actos estaban claramente definidos en un plan maestro emitido por las fuerzas satánicas internacionales desde que se anunció el aeropuerto. Es más, los nombres de todos los detenidos aparecen en tales documentos, indicando que precisamente en el día de los hechos, tales operativos del delirio enfermizo ideológico se ocuparían de autolesionarse para perjudicar al gobierno y a sus dos nobles candidatos.

La policía mexicana, ampliamente reconocida por su honestidad, rigor en la protección de los derechos de víctimas, acusados y condenados por igual, el gobierno federal y estatal en pleno, saldrán airosos de esta conjura malévola ya que su prestigio e historial de apego al estado de derecho resistirán estas sucias acciones de los esclavos ideológicos del marxismo con machete, cámara de fotos y odio reconcomiado a las instituciones que se ocupan de salvar a los mexicanos de la miseria, la ignorancia, la enfermedad y la desesperanza en las que los han sumido los malditos marxistas durante los últimos cien años, y que sería mucho peor sin la sacrificada vigilancia del PRI y el PAN.

Los que no puedan creerse algo como estas declaraciones, que es finalmente lo que se está ofreciendo a modo de versión oficial, pueden seguir experimentando asco, vergüenza, desesperación e indignación ante el espectáculo lamentable de este regreso al diazordacismo y la bestialidad autoritaria que, finalmente, siempre estuvo allí.